Primera semana del otoño, y el cuerpo pide salir al campo y descubrir
esas primeras pinceladas de colores que nos regala la estación.
En esta salida me dirijo hacer una espectacular ruta
un desfiladero de más de 500 m de alto sobre tramos
que en su parte
más estrecha solo tienen 20 m de ancho.
Uno de los más bellos rincones "casi secreto"
entre las provincias de Lérida y Huesca,
ruta eso sí, no apta para gente con vértigo.
CONGOST MONT-REBEI Y LAS ESCALERAS DE MONTFALCÓ
Adrenalina para empezar esta nueva estación.
escalera de Montfalcó. El rumor del Noguera Ribagorzana
acompañará toda el paseo.
La nutria nos da la bienvenida.
En el camino salen a nuestro encuentro estos dulces burritos.
En el camino salen a nuestro encuentro estos dulces burritos.
Endrinas y escaramujos lucen sus frutos.
Llego a una bifurcación y cojo el sendero del embalse,
en época de crecida, hay que realizar el camino de los canchales.
Bajada al pantano en busca del barranco de San Jaume.
Puente penjat de entrada al desfiladero.
A 40m de altura sobrecoge el susurro del viento en su estructura
y como cimbrea al pasar sobre él.
Tímidamente los árboles se empiezan a vestir de otoño.
El contraste con las turquesas aguas del Noguera Ribagorzana
hacen el paisaje de una belleza,que es imposible dejar de admirar.
Reflejo del desfiladero en las turquesas aguas.
Ahora un poco de historia sobre este espectacular paraje.
En la época medieval para ir de Pont de Suert a Balager se hacía por la ruta real,
ascendiendo a la cresta del Monsent 1500 m de altitud, ante la imposibilidad
de atravesar "portell" nombre por el que se conocía este camino.
A finales del siglo XIX se empezó a tener conocimiento de esta ruta
practicable de 2km "sólo a pie" y en una cuota de 500 a 700 m de altitud.
La primera mención del congost de mont rebei se remonta a 1808
cuando Francesc Carreres Candi lo nombra en:
la geografía general de cataluña.
En 1914 la mancomunidad de cataluña inicia el plan general de vías de
comunicación.Donde se menciona la necesidad de construir este camino.
El primer camino en 1920 tuvo un presupuesto de 5 pesetas por metro lineal.
En este punto se puede visitar tras un ascenso por la roca, la cueva colomera.
En 1924 terminaron las obras del primer tramo cincelado en la roca,
representaría una gran mejora en las comunicaciones de la época.
En 1929 aparecería el trazado completo en la primera edición del
mapa topográfico nacional su nombre:
"Camino de Montebrey".
En 1959 vivió el camino su episodio más triste,
al finalizar la construcción de la presa de Canellas este permaneció inundado
por la cola del embalse. Tuvieron que pasar 70 años hasta que ENHER
pidió la construcción de uno nuevo para sustituir al que dormía bajo las aguas.
Sería el 17 de octubre de 1982 cuando se inauguró por el que ahora transito.
En 2001 se le dota de más medidas de seguridad se añaden los pasamanos
y varios bancos para disfrutar y descansar durante la ruta.
En 2013 se inauguró el puente que sortea el desfiladero del Seguer
y la más vertiginosa de las escaleras 297 escalones, esculpidos en la roca
Al fondo ya se divisa mi siguiente objetivo,el puente y la escalera de Montfalcó.
Hasta aquí han sido dos horas de ruta.
Tomo un tentempié para reponer fuerzas.
Desfiladero de Seguer. Antesala a la pasarela de Montfalcó.
La ascensión a los pies de la escalera es por una empinada cuesta
de resbaladiza roca, te separan solo del barranco unas pocas estructuras
de maderas, que hacen de freno para no caer por el mismo.
He de reconocer que fue el tramo que más me costó transitar.
Los bastones no se podían clavar en la resbaladiza piedra
y en algunos tramos ardua tarea mantener el equilibrio.
Mucha gente daba por finalizada aquí la ascensión.
Varias rapaces sobrevuelan el cielo, no puedo evitar sonreírme pensando
"esperaran que alguien se de un peñazo" en fin humor aparte,
ya se puede divisar l@s atrevi@s que empieza a transitar por los primeros
o últimos tramos de la escalera.
Una pareja con la que me cruzo me cuenta que no pudieron sobrellevar el vértigo
y se dieron la vuelta.
Me desean suerte.
A por ello,
decir vértigo es poco, según se va bajando.
En un principio los tablones de madera son mayores
según se va descendiendo se van estrechando.
Estos peldaños se van convirtiendo cada vez en más minúsculos.
Solo caben dos personas en los pequeños balcones descansillos
que hay entre los tramos de la zigzagueante escalera.
El ancho de los mismos no permite el tamaño de un piececito
con lo que se han de pisar de lado.
Del vacio solo te separa una hilera de cable de acero.
La sensación "indescriptible".
Cuando se llega al suelo, (hay dos tramos de escaleras)
ver esta sustentada en la roca,
hace que me recorra un escalofrío.
Respiro...Hay que emprender el ascenso.
Ni yo misma puedo creerlo, una sensación de satisfacción al sentir que he
logrado superar el miedo inicial y conseguido lo que nunca pensé
que pudiera realizar y terminar, estar en un paraje que ni en sueños
o pesadillas
hubiera imaginado.
Toca desandar lo que se ha andado,
como veréis complicado el camino en algunos tramos.
11.900 Km después del inicio, acaba mi ruta otoñal
la más sorprendente y abrupta de las que he realizado.
En Noviembre visitare el "caminito del rey" pero después de este,
creo que me parecerá un paseo.
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Fotografías:© Mercedes Moreta
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